By Jesús Vicente Ruiz Omeñaca
El cuento motor, el cuento para explorar, para jugar, para construir, para convivir, para crear, dentro de l. a. educación psicomotriz y l. a. educación física escolar, riela entre pasado y presente. Posee elementos que surgen de los angeles tradición y otros con una inequívoca condición innovadora. Conecta con lo construido por muchos maestros durante décadas y mantiene un componente de renovación en los angeles práctica de otros muchos. Integra elementos de los angeles cultura de nuestros ancestros e impele hacia l. a. renovación cultural… Y puede, por otro lado, convertirse –como lo ha hecho ya desde l. a. experiencia de muchas escuelas- en los angeles base de un constructo en el EL CUENTO MOTOR EN los angeles EDUCACIÓN INFANTIL Y EN l. a. EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR 15 que l. a. educación física asume un papel crítico y una perspectiva humanística.
En su tratamiento pedagógico resulta an important remitirnos a un modelo de educación en el que cada maestro construye el currículo. Se trata de romper con los angeles suggestion de que los objetos de aprendizaje, las opciones metodológicas y l. a. definición de actividades responden a lo dictado por los expertos, mientras los docentes se convierten en meros transmisores, sustituibles por otros sin que los angeles ecuación varíe, dejando, en última instancia, fuera a los angeles character que, en colaboración con cada alumno, con cada grupo, con cada familia, con cada espacio vivencial, lleva a cabo los angeles tarea educativa.
El cuento motor constituye, por lo tanto, desde los angeles concepción que mantenemos en este texto, un espacio para los angeles creación cooperativa, para los angeles búsqueda de procesos educativos potencialmente enriquecedores, para alumbrar respuestas inéditas ante alumnos y grupos singulares. Obviamente y de forma acorde con lo que planteamos unas líneas más arriba, no significa esto que no podamos nutrirnos de propuestas elaboradas con anterioridad por uno mismo, o por otros compañeros. Significa que cada cuento motor, creado o no por nosotros con anterioridad, ha de ser redefinido y que cada docente lo hemos de convertir en algo propio –haciendo extensiva esta apropiación al grupo educativo del que formamos parte junto con las personas con las que compartimos las clases-.
Desde los angeles visión de los angeles educación física a través de un crisol de perspectivas en continuo desarrollo, el cuento motor, alcanza, de este modo, auténtico significado. Un significado en el que no se considera, desde un apriorismo irrefutable, como opción infaliblemente más sabia o más real; sino, más bien, como una iniciativa a explorar, como una alternativa doable, como una opción que encierra infinidad de posibilidades pedagógicas y que podemos convertir, si lo impregnamos de un ethos de implicación, reflexión y compromiso, en auténtico hecho educativo, desde l. a. actuación cooperativa con nuestros alumnos y alumnas. Bajo estas premisas iniciamos el libro que tienes en tus manos.