En Columbus los angeles historia y l. a. ficción se reconocen, dialogan al trascender sus límites, y ofrecen una visión paradójicamente real de l. a. vida fronteriza. Solares narra con humor mordaz un episodio chusco -pero no por ello menos trágico y trascendente- de los angeles cara o cruz de l. a. historia de México.
Fue Villa, ¿quién más pudo haber planeado los angeles única invasión latinoamericana que ha sufrido Estados Unidos? Una intervención cuyo motivo fue "vengar tanta ofensa y humillación de Estados Unidos a México a lo largo de los angeles historia... Por desgracia, como estaba tan oscuro los angeles noche en que entramos a Columbus, confundimos los establos con los dormitorios de l. a. guarnición y matamos un montón de caballos en lugar de soldados, lo que les permitió organizar los angeles contraofensiva. El triste resultado ultimate fue de sólo diecisiete gringos muertos, en su mayoría civiles, a cambio de más de cien de los nuestros y muchos heridos. Ahora, que el susto, ¿quién se los quita? No te imaginas los angeles emoción que se siente gritar: "¡Mueran los gringos!", en pleno territorio norteamericano."
En Columbus los angeles historia y los angeles ficción se reconocen, dialogan al trascender sus límites, y ofrecen una visión paradójicamente real de l. a. vida fronteriza. Solares narra con humor mordaz un episodio chusco -pero no por ello menos trágico y trascendente- de l. a. cara o cruz de los angeles historia de México.
Fue Villa, ¿quién más pudo haber planeado los angeles única invasión latinoamericana que ha sufrido Estados Unidos? Una intervención cuyo motivo fue "vengar tanta ofensa y humillación de Estados Unidos a México a lo largo de l. a. historia... Por desgracia, como estaba tan oscuro l. a. noche en que entramos a Columbus, confundimos los establos con los dormitorios de los angeles guarnición y matamos un montón de caballos en lugar de soldados, lo que les permitió organizar los angeles contraofensiva. El triste resultado ultimate fue de sólo diecisiete gringos muertos, en su mayoría civiles, acambio de más de cien de los nuestros y muchos heridos. Ahora, que el susto, ¿quién se los quita? No te imaginas l. a. emoción que se siente gritar: "¡Mueran los gringos!", en pleno territorio norteamericano."